Cuando propongo la idea de actualizarnos, no hago referencia a tomar cuanto curso se nos atraviese, si no a la adquisición del hábito de lectura e investigación, a desarrollar nuestro criterio clínico y a impulsar las ganas de seguir aprendiendo.
Sí bien es cierto, durante nuestra formación adquirimos conocimientos básicos para nuestro desarrollo, pero ¿Qué pasa después de eso? ¿Qué tan frecuente leemos sobre actualidades en nuestro medio? ¿Qué tanto estamos en contacto con fuentes de conocimiento confiable? ¿Es nuestro abordaje desde la fisioterapia el mejor, más actualizado y con mayor evidencia comprobable?
¿Falta de ganas, tiempo o desconocimiento?
Planteo este problema desde mi perspectiva como fisioterapeuta, aunque este dilema trasciende a otros profesionales dentro y fuera del gremio; no creo tener las herramientas para proponer una solución, sin embargo creo que un buen comienzo de esto sería promover las ganas, ganas por querer aprender, por buscar el beneficio de mi paciente, de hacer las cosas de la mejor manera.
Una gran verdad es que existe la apatía por buscar evidencia, algo que corrobore que lo que hacemos es lo que mayor beneficio hacia el paciente brindará, en su lugar se prefiere obtener información digerida, algo concreto y sin la necesidad de tener que ahondarse en una búsqueda inmensa de abordajes basados en evidencia y actualizados, pero para lo cual se requiere de una lectura de comprensión. ¿Es acaso un problema que acarreamos desde la educación media?
El tiempo parece ser otro de los motivos que algunos profesionales plantean como una limitante a la hora de buscar la actualización continua; pero ¿Es realmente una excusa válida? ¿Acaso no encontramos el tiempo para realizar otras actividades extralaborales? O quizás nos enfrentamos a un hartazgo, una saturación de un sistema basado en el abordaje de pacientes en masa, al sistema “institucionalizado”, que nos lleva a buscar las respuestas lo más concretas y fáciles, aunque esto conlleve sacrificar la calidad.
El “porqué” de las cosas:
El criterio clínico es un principio básico que debemos desarrollar, ¿Cuantas veces nos han dicho que las cosas se hacen “porque si” o “porque siempre se han hecho así”?.
Sí siempre aceptamos estas premisas ¿Será posible desarrollar dicho criterio clínico?
¿Alguna vez corroboraste que todos los protocolos que vienen en tus equipos realmente son desarrollados basados en evidencia contundente? Y ¿Qué hay de todo lo que te han dicho en los cursos o certificaciones que alguna vez tomaste? o incluso durante tu formación.
En repetidas ocasiones planté la interrogante a mis alumnos: ¿Alguien ha corroborado que lo que les digo durante clase es correcto o basado en evidencia tangible? Obteniendo la misma respuesta en todas y cada una las veces, un unísono “No”.
Uno de los pasos del método científico es la corroboración de los datos, de ahí la importancia de crear un hábito de investigación con otras fuentes para comprobar que lo que sabemos o hacemos sea lo correcto.
Saber investigar…
Considero que cada profesional, sea o no del área de la salud, debe contar con herramientas que le permitan actualizarse, conocer lo que otros profesionales están haciendo y evidenciando, otorgándonos así una excelente forma de aprender.
Los libros siempre serán una fuente de información de primera línea, pero no debemos olvidar esas publicaciones que cada vez nos proporcionan información en un plazo de tiempo menor.
Contamos con herramientas tecnológicas con las que no contábamos hace años, por lo que debería facilitar esta labor. Es importante saber usarlas de forma adecuada, utilizar motores de búsqueda confiables, corroborar la validez de cada estudio publicado, realizar lecturas con evidencia y de comprensión, con información lo más actualizada posible y de calidad.
¿Realmente sabemos utilizar estas herramientas?
Y si, este blog está lleno de interrogantes, las cuales surgen bajo la necesidad de comenzar un diálogo con mis colegas, empatar verdades, refutar falacias y buscar siempre mantenernos actualizados, aprovechar lo que otros profesionales está haciendo y evidenciando.
Creo que antes de tomar cursos, diplomados, certificaciones y más, deberíamos detenernos y observar la información que tenemos a un click de distancia.
Te invito a generar un hábito de lectura e investigación, corroborar cada técnica, principio y agente físico que utilices con tus pacientes e incluso corroborar la información contenida en este mismo blog. Comparte este blog y cuéntanos tu opinión.