Ondas de Choque en Suelo Pélvico: La fisioterapia del suelo pélvico ha evolucionado significativamente en las últimas décadas, incorporando nuevas herramientas que complementan el abordaje manual y activo tradicional. Entre estas innovaciones, la terapia con ondas de choque extracorpóreas ha comenzado a posicionarse como una alternativa no invasiva para tratar diferentes disfunciones pélvicas.
Aunque su uso está ampliamente validado en trastornos musculoesqueléticos, su aplicación en patologías urológicas y sexuales como la disfunción eréctil de origen vascular o la vejiga hipoactiva plantea preguntas interesantes tanto para la comunidad científica como para los clínicos: ¿Existe suficiente evidencia que respalde su uso? ¿Es una moda más o una herramienta con verdadero potencial terapéutico?
Ondas de choque en disfunción eréctil de origen vascular
La disfunción eréctil (DE) de origen vascular es una condición común que afecta a millones de hombres en todo el mundo, especialmente en edades medias y avanzadas. Tradicionalmente se ha abordado con tratamientos farmacológicos como los inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5 (PDE5i), sin embargo, no todos los pacientes responden favorablemente, y muchos buscan alternativas menos invasivas y más sostenibles.
Aquí es donde las ondas de choque extracorpóreas de baja intensidad (Li-ESWT, por sus siglas en inglés) han comenzado a demostrar su utilidad. El mecanismo propuesto detrás de esta intervención radica en su capacidad para inducir angiogénesis —formación de nuevos vasos sanguíneos—, lo que mejora el flujo sanguíneo en los cuerpos cavernosos del pene.
Estudios como el de Vardi et al. (2010) marcaron un antes y un después, al mostrar mejorías significativas en la función eréctil, evaluadas mediante el International Index of Erectile Function (IIEF). En los años siguientes, múltiples ensayos clínicos replicaron estos hallazgos, con mejoras objetivas en flujometría peneana y satisfacción del paciente.
Además, se han observado efectos positivos en la reactivación de los procesos endoteliales y neurogénicos, lo que abre una ventana terapéutica aún más amplia para fisioterapeutas que trabajan en conjunto con equipos médicos multidisciplinarios.
La evidencia actual sugiere que el uso de ondas de choque en casos de disfunción eréctil leve a moderada puede ser una opción viable, sobre todo cuando se combina con entrenamiento muscular del suelo pélvico y educación sexual.
Aplicación de ondas de choque en vejiga hipoactiva
La vejiga hipoactiva, caracterizada por una contracción vesical débil o ausente durante la micción, representa uno de los retos más complejos en uroginecología. En muchos casos, las estrategias conservadoras como el entrenamiento vesical y la estimulación eléctrica no son suficientes, y el paciente recurre al cateterismo intermitente con afectaciones en su calidad de vida.
En este contexto, las ondas de choque podrían tener un papel terapéutico relevante. Aunque la evidencia es más reciente y aún limitada, algunos estudios preclínicos y ensayos piloto han mostrado que la aplicación de ondas de choque de baja intensidad puede estimular la contractilidad del músculo detrusor, mejorar la perfusión de la vejiga y activar vías de regeneración neuromuscular.
Un estudio piloto realizado en 2022, publicado en Neurourology and Urodynamics, aplicó Li-ESWT a un grupo de mujeres con vejiga hipoactiva idiopática. Tras seis semanas de tratamiento, las pacientes presentaron mejorías en los volúmenes miccionales espontáneos, reducción del residuo postmiccional y una mayor percepción del deseo de orinar. Además, los estudios urodinámicos posteriores mostraron signos de recuperación parcial de la contracción vesical.
Aunque se requieren más investigaciones con mayor número de participantes y seguimiento prolongado, estos resultados sugieren que las ondas de choque podrían convertirse en un complemento valioso dentro de los protocolos de fisioterapia del suelo pélvico, especialmente en combinación con técnicas de biofeedback y reentrenamiento sensitivo-vesical.
¿Estamos listos para integrarlas al abordaje clínico?
Si bien el uso de ondas de choque en suelo pélvico aún está en una etapa exploratoria, la evidencia científica emergente es prometedora. Como fisioterapeutas, nuestra responsabilidad es mantenernos informados y actualizados, evaluando críticamente cada nueva herramienta antes de integrarla en la práctica clínica.
Lo importante es no perder de vista que ninguna tecnología sustituye el razonamiento clínico ni el enfoque integral centrado en el paciente. Las ondas de choque pueden ser una excelente aliada, siempre que su aplicación esté sustentada en protocolos claros, indicaciones precisas y enmarcadas en un plan terapéutico individualizado.
¿Eres profesional de la salud que trabaja con pacientes con disfunción eréctil o alteraciones vesicales? ¿Te interesa innovar en tu práctica clínica con base en evidencia? Las ondas de choque podrían ser la herramienta que estabas buscando.
Te invito a compartir este blog con colegas, participar en la conversación y seguir explorando nuevas formas de potenciar los resultados terapéuticos desde la fisioterapia del suelo pélvico.