La disfunción eréctil (DE) es un trastorno caracterizado por la incapacidad persistente para lograr o mantener una erección suficiente para el desempeño sexual. Aunque su etiología es multifactorial —incluyendo factores vasculares, neurológicos, musculares y psicológicos—, una de las alteraciones más comunes es la disminución del flujo sanguíneo hacia el tejido cavernoso. Dentro de las intervenciones no farmacológicas, las ondas de choque de baja intensidad (LI-ESWT) han emergido como una herramienta prometedora en el campo de la rehabilitación urogenital masculina debido a sus efectos regenerativos y vasculares.
Mecanismos fisiológicos de acción de las ondas de choque en el tejido eréctil
Las ondas de choque de baja intensidad generan microestímulos mecánicos que promueven una respuesta biológica en cascada. Entre sus efectos más estudiados se encuentran la angiogénesis, la liberación de óxido nítrico (NO), la activación de vías celulares como VEGF y eNOS, y la estimulación de células madre endógenas. Este proceso mejora la perfusión del tejido cavernoso y favorece la recuperación funcional del endotelio. Al restaurar la hemodinámica peneana, la terapia contribuye a erecciones más rígidas y sostenidas, especialmente en pacientes con disfunción eréctil vasculogénica.

Evidencia científica, parámetros terapéuticos y seguridad
Distintos estudios clínicos han demostrado mejoras significativas en las puntuaciones del Índice Internacional de Función Eréctil (IIEF) tras la aplicación de LI-ESWT. La evidencia actual señala que protocolos que oscilan entre 0.09–0.16 mJ/mm², con frecuencias de 3–5 Hz y una duración de 6 a 12 sesiones, pueden generar cambios clínicamente relevantes. La terapia es considerada segura, con una incidencia mínima de efectos adversos, dado que actúa a niveles de energía inferiores a los utilizados para patologías musculoesqueléticas. Además, se ha observado que su efecto es acumulativo, con mejoras que pueden mantenerse por meses después del tratamiento.
Combinación con otras intervenciones de fisioterapia uroginecológica
La terapia con ondas de choque encuentra su mayor potencial cuando se integra dentro de un abordaje multimodal. Su combinación con ejercicios de fortalecimiento del piso pélvico, técnicas de neuromodulación, educación sobre salud sexual y optimización de factores de riesgo (obesidad, sedentarismo, tabaquismo) amplifica los resultados clínicos. Los ejercicios de contracción del músculo bulbocavernoso e isquiocavernoso, por ejemplo, mejoran la rigidez y mantenimiento de la erección, mientras que la modulación de la respuesta simpática favorece la relajación del músculo liso del cuerpo cavernoso.

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